Como un golpe de
estado constitucional ha planteado la posibilidad de manejar a su antojo la
fecha y forma de juramentación del presidente reelecto, algo que se ha visto
como intentos de poner obstáculos a la inminente candidatura de Nicolás
Maduro ante la hipotética ausencia del Hugo Chávez para la fecha del 10 de
enero, por los consabidos problema de salud que arrastra desde hace varios
años.
Ante un Partido
político de millones de miembros y con la falta de su máximo líder, la
sucesión de poder está cada vez más cerca de ser algo cierto, pero lo que
no esperaba Diosdado era el pronunciamiento del Presidente dando su irrestricto
apoyo al actual vicepresidente.
De ser reelecto
presidente de la Asamblea Nacional, no solo podría ser presidente interino,
sino que su influencia le permitiría controlar el Tribunal Supremo de Justicia
y el Consejo Nacional Electoral, que necesita en este momento el
nombramiento de nuevos miembros, algo que requiere la aprobación de
la Asamblea Nacional
Lo peor que le puede
suceder al chavismo es una fractura ante los nuevos escenarios electorales que
se avecinan, y con Diosdado en el poder, la división seria inminente, es por eso
que las instrucciones que manejara el PSUV, será la de dar un certero golpe
ante la convocatoria de este sábado 5 de enero.
En su artículo 194,
la Constitución expresa: “La Asamblea Nacional elegirá de su seno un Presidente
o Presidenta y dos Vicepresidentes o Vicepresidentas, un Secretario o
Secretaria y un Subsecretario o Subsecretaria fuera de su seno, por un período
de un año. El reglamento establecerá las formas de suplir las faltas temporales
y absolutas
Nada pues debería
sorprender si este sábado la Asamblea Nacional estrena nuevo presidente que
garantice la continuidad de la revolución en un posible chavismo si Chávez
